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Jueves, 30 De Marzo 2017 12:45 PM Actualizado el 31 de diciembre del 1969 7:00 PM

“El Grupo” es el nombre de esta historia de terror publicada por Mauro Croche en su página de Facebook. Este escritor argentino ha conseguido muchos seguidores y fanáticos por sus cuentos, los cuales se hacen virales rápidamente.

En esta ocasión, la historia narra una de las experiencias más feas por las que podría pasar un grupo de amigos. La conversación inicia en un chat de WhatsApp llamado “Los Cocoteros”, entre bromas y tomadas de pelo uno de los integrantes llamado Pingüi decide confesarles que los quiere casi como si fueran parte de su familia pero que eso no era suficiente para él. Les pide perdón por arruinarles el momento y les confiesa que ya no tiene ganas de seguir viviendo. Los demás preguntaron a qué se refería pero él no contestaba.

Como era de esperarse, los chicos empiezan a preocuparse porque Pingüi ya no respondía los mensajes ni los llamados. Uno de los jóvenes se mostraba incrédulo ante la situación pero los demás chicos insistían en intentar comunicarse con él.

La duda se apoderó del grupo cuando se preguntaron sobre el verdadero nombre del chico y sobre quién lo había agregado al chat. Se dieron cuenta que no lo conocían muy bien así que uno de ellos decidió buscar el verdadero nombre de Pingüi en un buscador y encuentró algo que lo dejó muy sorprendido. Aparentemente, Pingüi había muerto hace un año.

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Uno de los jóvenes les contó que uno de sus tíos también se había colgado años atrás y que cuando lo encontraron tenía la cara negra y era una imagen muy difícil de borrar de su mente. De la nada, Pingüi constestó y les preguntó “Quieren verla”, los jóvenes preguntaron a qué se refiere a lo que él respondió “mi cara”. El pánico se apoderó del grupo y Pingüi les dijo que igual se las iba a mostrar.

Este relato pertenece al género denominado “Terror 2.0” el cual combina las herramientas y apps de tecnología con el trama de la historia para darle una sensación de realidad, pues se en ella se utilizan lenguaje común, groserías e incluso faltas ortográficas.

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