Lo que está viviendo una familia del Callao es realmente espeluznante. Luces que se apagan solas, muñecos que emiten sonidos sin que nadie los manipule, miembros del hogar que amanecen con moretones y rasguños son algunos de los incidentes que tienen que soportar día a día.
Todo empezó hace unos siete años, cuando la sobrina de Ivonne, la madre de familia, le regaló esta muñeca que rezaba el Padre Nuestro al presionarle el pecho. A la cual decidieron bautizarla como "Sarita" quien ha permanecido varios años en la sala de la casa que habitan los Núñez pero que, curiosamente, cambia de posición sin que nadie la toque.